Es curiosa la historia: hay dos 11 de septiembre trascendentes: el ataque a las Torres Gemelas y otros edificios, en Estados Unidos (2001), y el golpe militar en Chile (1973).
Tenemos que hacer que nuestra poesía sea respetada, leída, comentada. Pero eso comienza por los poetas mismos, por la consciencia que cada uno tiene de nuestra tradición y de nuestro oficio.