Medidas ecológicas en la producción porcina garantizan calidad y doble consumo para 2050
Por Ariel Velázquez
CDMX: Debido al repunte en los mercados y sus beneficios en todos los sentidos económicos y bien común en la sociedad de la producción porcina los productores porcícolas están tomando las medidas que ayudan a mitigar el Impacto de la producción animal en el medio ambiente y ejecutando las normatividades por una calidad de vida y en la procuración de un ecosistema limpio. Sostienen analistas y expertos en Procesos de Producción y medio ambiente.
Uno de los resultados de procurar la sustentabilidad en el sector porcícola es que Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), proyecta para el 2050 ante más población humana el consumo de carne se duplicará. Es evidente que todas las acciones; programas y estrategias modernas y de vanguardias la producción porcina va reduciendo los efectos para con el medio ambiente y garantizan calidad alimentaria y calidad de vida.
Aseguran que la producción de carne en granjas porcícolas sea de calidad para consumo humano, mediante prácticas adecuadas “desde el campo hasta la mesa”. Sin embargo, la producción porcina es considerada como una de las actividades pecuarias que tiene mayor efecto en el medio ambiente debido al tipo y concentraciones de residuos (heces, orina y purín) que se generan; pero a la vez se implementan las medidas y controles idóneos y de alta tecnología en los procesos de las granjas porcícolas. Estos residuos además de contener grandes cantidades de nutrientes y material orgánico e inorgánico contienen microorganismos, así como residuos de fármacos como antibióticos, hormonas o desparasitantes; que en bien del ecosistema y de la sustentabilidad también son evaluados y supervisados procurando no afectar el medio ambiente.
El sector porcicola cuidando y previniendo el impacto ambiental de la producción porcina, implementa medidas que contribuyen a no contaminar; como ya es evidente en muchas granjas porcícolas; lo cual ha inquietado a las ONG a no aceptar los grandes avances en la sustentabilidad y recrudecen sus ataques; pero ya la gente no les cree por los intereses económicos y productivos de empresas extranjeras.
Cabe destacar que se han tomado medidas proactivas como el manejo del animal con el objetivo de mejorar la salud y disminuir el estrés y favorecer la productividad. Mejorar los programas de alimentación y nutricionales, utilizando nuevas tecnologías. Mejorar el manejo, almacenamiento y disposición de excretas en granja. El uso de cualquier tecnología que incremente la eficiencia alimenticia en granja ayudará a mitigar el impacto medioambiental de gases efecto invernadero.
En estos últimos años se han visto los efectos positivos o resultados, ya que la producción porcina es el tercer sistema productor de carne del país, más de la mitad de la producción mundial proviene de los sistemas industriales, los cuales representan el 50% de la producción de cerdos en México. Asimismo, la producción porcina tiene gran importancia a nivel económico debido a la alta demanda de alimentos para consumo humano, ya que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se espera que para el 2050 la población humana aumente de 7.2 a 9.6 mil millones de habitantes, por lo que el consumo de carne se duplicará. La porcicultura, lo mismo que otras actividades agropecuarias, enfrenta desafíos por el impacto que tiene su desarrollo en el medio ambiente; pero avanza en mitigar y reducir efectos que no se comparan con otras grandes empresas como las energéticas; petroleras; de fertilizantes y hasta las aguas negras que en proporción contaminan sin controles el medio ambiente.
Con el objetivo de fomentar estrategias ecológicamente sostenibles de producción y protección del medio ambiente, se operan ya prácticas y procesos que minimizan los residuos, y que también estos pueden ser considerados como un recurso valioso para la producción de cultivos y biogas, tienen una gran utilidad en la agricultura. Algunas prácticas son consideradas para mitigar y gestionar la contaminación ambiental eliminando o disminuyendo la carga de contaminantes por medio de procesos físicos, químicos o biológicos con la finalidad de garantizar una disposición final sin riesgo de ocasionar daños al medio ambiente ni a la salud humana.