Preguntas y algunas respuestas en torno al feminicidio
Por Catalina Miranda
La activista Mónica Maydez, abogada y escritora, publicó en 2022 el libro Feminicidio. Reconociendo las violencias que lo conforman (Editorial Ariadna), una importante aportación a la lucha que llevamos todas las mujeres para que se visualicen y combatan las prácticas agresivas, coartantes, mutiladoras, hasta homicidas, ejercidas por los hombres hacia nosotras.
Este libro me hace reflexionar. Considero que existe una dicotomía ancestral, natural, entre los seres humanos, que es la del sexo con el que se nace: hombre o mujer, pero hay otras impuestas por el sistema machista y religioso motivadas por el deseo de ejercer poder, sujeción, represión, como llamarnos: “sexo débil”, basándose en las características corporales. Sí es verdad que físicamente muchos hombres pueden cargar más peso, pero también es cierto que muchas mujeres haciendo a un lado los estereotipos femeninos al practicar los deportes logran desarrollar gran fuerza y musculatura, lo que las hace tener la capacidad de cargar bastante peso, tener vigor y mayor agilidad que los individuos del sexo masculino.
Son muchos los ejemplos a los que puedo recurrir para destacar la igualdad entre los hombres y mujeres, como las capacidades para sentir empatía, para sensibilizarse ante situaciones de abuso, para compartir conocimientos, para proporcionar amor y ternura, para otorgar respeto y bonhomía.
Esas capacidades están en la esencia misma del ser humano. Sin embargo, los hombres, creyéndose más inteligentes, decidieron desde los inicios de las culturas marcar las diferencias para someter a la mujer, para sentirse grandilocuentes, magnificentes, todopoderosos, ¿por qué?, ¿será que desde su inconsciente una voz arbitraria para ellos les grita supuestas inferioridades ante la mujer?, ¿una voz que les hace evidente su profunda envidia por ellas, quizá por la capacidad de éstas para engendrar vida?, ¿quizá sea porque las mujeres no necesitan exhibir la excitación de manera erecta?, ¿será que tal vez algunos de ellos pueden sentir vergüenza ante una posible disfunción eréctil, eventual o permanente, causada por malestares emocionales o padecimientos fisiológicos?, ¿será porque, en verdad, la testosterona hace a los hombres más agresivos y más cercanos al reino natural?
Un hombre ejerce violencia contra una mujer cuando ésta rompe los esquemas implantados por el sistema machista; también porque simplemente siente deseo de ejercer su supuesta superioridad, su complejo de “rey con nariz de cacahuate” y es incapaz de contener su estado primigenio, primitivo (en el buen sentido, haciendo alusión a su estado de ente 100% natural). Preguntas fundamentales son: ¿Qué hay en la mente de un ser humano del género masculino cuando decide cometer feminicidio?;
¿Cuáles son sus antecedentes sociales; su formación como individuo; sus parámetros de amor y respeto; su concepción del mundo?
Las respuestas son muy amplias y profusas. Muchas de ellas se encuentran en el libro de Mónica Maydez, en el que anota las distintas formas de violencia a la que las mujeres hemos sido sometidas (y que paulatinamente pueden crecer hasta transformarse en feminicidio) en todos los tiempos y en todas las latitudes de la Tierra. El siguiente es el índice del libro de Maydez: I. Violencia masculina (o de género). “Por mis pistolas”: ¿Qué es la violencia?; La discriminación, base de toda violencia. II. Tipos de violencia ejercidos contra la mujer: Amor romántico. “¡Eres mi media naranja!”; Violencia física. “Te pego porque te amo”; Violencia sexual. “Eres mi mujer”; Violencia psicológica. “¡Estás loca!”; Violencia emocional. “¡Si me dejas, me mato!”; Violencia digital. “¡Protégete si vas a hacer sexting!”; El mito de la feminidad. “Mujer = Coqueta”; Violencia económica. “¡Yo te mantengo!”; Violencia patrimonial; Violencia gineco-obstetra. III. ¿Qué es un feminicidio? Gargajos en las flores. IV. Violencia feminicida: Rasgos del feminicida; Feminicidios infantiles; Feminicidios familiares e íntimos; Feminicidios indirectos; Feminicidios por orientación sexual; Feminicidio no íntimo / por prostitución; Feminicidio por crimen organizado. V. Víctimas colaterales del feminicidio. VI. México feminicida. VII. La justicia penal mexicana y su clara inclinación misógina.
Ante todo ello, exhorto a los miembros del género masculino a la reconciliación total con las mujeres, a que apliquen los valores sobre todo los del respeto y la igualdad. Sé, lo he comprobado, que muchísimos hombres son generosos, empáticos, comprensivos y considerablemente amables y amorosos.
De la misma manera hago el exhorto a las mujeres que creen en la violencia como arma para exterminar la violencia. No comparto los actos vandálicos de muchas féminas que dicen actuar en pro de la coherencia social y de la igualdad, justificando que de no hacerlo no son visualizadas, cuando en muchos casos el trasfondo de dicha violencia femenina tiene matices de índole político. Recordemos que levantando tanto las olas sólo creamos sunamis sociales, resentimientos, confabulaciones, anhelos de venganza, ira que no se contendrá, que no generará ni la paz inmediata ni el detenimiento de los feminicidios ni a largo ni a corto plazo.
Que se propongan las posibles soluciones, como lo hace Mónica Maydez en este libro altamente recomendable, no sólo para las mujeres, sino también para los hombres, sobre todo los jóvenes, quienes, me consta, están muy interesados en saber, en darse cuenta en qué momento están excediendo los límites de la buena convivencia e incurriendo en algún tipo de violencia contra su pareja, hermana, madre, paciente, alumna, empleada, colega y amigas.