Desantis todavía ve lejos sus sueños de gobernar Estados Unidos
DE NORTE A SUR
La campaña del republicano estadunidense Ron DeSantis parece estar estancada. Hace unos días el actual gobernador de Florida se enlistó para la contienda presidencial de Estados Unidos, a llevarse a cabo el próximo año.
Parece que tiene menos ángel que el expresidente Donald Trump, incluso las encuestas lo colocan 30 puntos por debajo en las primarias del Partido Republicano, cuando el año pasado solo le faltaban 10 puntos para estar a la par.
Mientras tanto, Trump tiene a su favor el 50 por ciento de las preferencias. Será difícil para DeSantis darle alcance, los votantes republicanos siguen adorando al expresidente, incluso con el proceso judicial que enfrenta acusado de 37 cargos por vulnerar la seguridad nacional.
La encuesta de Morning Consult sustenta la caída de DeSantis contra Donald Trump, y en teoría, contra el presidente Joe Biden, quien también buscará la reelección, lo ubica cinco puntos abajo.
El Partido Republicano realizará el próximo 15 de enero las asambleas electorales en el estado de Iowa para escoger al candidato presidencial del partido, un evento con el que dará comienzo el ciclo electoral de 2024 en Estados Unidos, con miras a las presidenciales del 5 de noviembre de ese año.
La primera reacción del gobernador de Florida fue despedir a un tercio de su equipo de campaña para ver si así consigue renovarse ante los republicanos. Sin embargo, su retórica, similar a la de su principal contrincante en las primarias republicanas, sigue siendo el discurso contra los migrantes.
El mes pasado aseguró que su estrategia, de llegar a la presidencia, será más dura en cuanto a la política migratoria y criticó a Trump por blando frente a los invasores de su país, como les dicen ellos. Aseguró que usará la fuerza letal para frenar la entrada irregular de quienes crucen por México.
Su estrategia, dice, será asegurar la frontera, continuar la construcción del muro y “detener la invasión”. Lo primero que haría sería decretar una “emergencia nacional”, establecer una ley marcial en algunos puntos de los más de 3 mil kilómetros de línea y acabar con la “falsedad del asilo”.
DeSantis promete eliminar los incentivos para los migrantes ilegales, por ejemplo, “empleo, beneficios sociales pagados por los impuestos” y la ciudadanía estadounidense por nacimiento. “Me refiero a esta idea de que puedes cruzar la frontera y dos días después tener un hijo que, de alguna manera, es un ciudadano estadounidense.
Su falta de empatía para aquellos que huyen de la violencia de sus países, del hambre de la falta de empleo, lo llevó incluso a criticar las acciones de Trump durante su gestión como presidente. Dijo que se quedó muy corto en cuanto a las deportaciones y comparó los números con el periodo de Barack Obama: “Me sorprendí cuando me dijeron que hubo más deportaciones los primeros cuatro años de Obama que en la Administración de Trump, lo que me pareció increíble”.
El gobernador de Florida dijo que el muro impulsado por Donald Trump ni siquiera se acerca a lo que se necesita. Quién sabe cómo logrará sus objetivos sin reformas constitucionales porque se ve muy improbable que el poder Legislativo secunde sus iniciativas.
Mientras tanto, en Florida, estado que gobierna Ron DeSantis, sus leyes impulsaron el éxodo de cientos de trabajadores indocumentados. Los sectores de la construcción y el campo son de los más afectados desde que entró en vigor una nueva ley contra inmigrantes el pasado 1 de julio.
Los latinos optaron por dejar el estado y buscar mejores condiciones en otros lugares de Estados Unidos.
DESDE EL CENTRO
Representantes de los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá sostuvieron una reunión para acordar las acciones contra el tráfico de fentanilo que ha provocado una crisis debido a muertes por sobredosis y la violencia generada por su comercialización ilegal. El encuentro fue encabezado por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien informó durante el encuentro que el Gobierno mexicano ha desmantelado mil 788 centros de procesamiento clandestino para la fabricación de drogas sintéticas. Se abordaron otros asuntos, como la migración y el tráfico de armas, tema que ha impulsado el Gobierno mexicano para detener el trasiego ilegal de armas de fuego, en especial desde Estados Unidos.