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Conmemorando al gran maestro y editor Huberto Batis

Conmemorando al gran maestro y editor Huberto Batis

Conmemorando al gran maestro y editor Huberto Batis

A Huberto Batis, figura fundamental de la cultura escrita en México, en el siglo XX —como no ha habido otro—, catedrático, escritor, periodista, gran editor (director del suplemento cultural sábado de unomásuno), le realicé dos amplias entrevistas. La primera en las instalaciones del unomásuno a lo largo de 1999 y principios del 2000, y la segunda, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en 2004. Esta última con el objetivo de redondear y completar su historia, su trayectoria en el suplemento cultural sábado, el cual dejó en 2002.

Para mi sorpresa, las entrevistas se convirtieron en una memoria, en una parte de su biografía personal e intelectual, y en un importante eslabón de la historia del periodismo cultural mexicano del siglo XX.

Conmemorando al gran maestro y editor Huberto Batis

En esas entrevistas, el maestro me contó sobre los primeros textos literarios que escribió durante su adolescencia, cuando estudiaba con los jesuitas; se lamentaba profundamente de haber perdido un cuaderno con relatos de juventud. También habló sobre los escritores de su generación, a quienes conoció en la Facultad de Filosofía y Letras; su encuentro con el escritor Alfonso Reyes al llegar a la Ciudad de México; las vicisitudes de su examen profesional sobre El Renacimiento de Ignacio Manuel Altamirano, en la UNAM, entre sus sinodales estaban Agustín Yáñez, un escritor consumado, y el joven poeta Rubén Bonifaz Nuño. También describió sus estudios en El Colegio de México; sus primeras colaboraciones en los suplementos culturales de la década de 1960; la creación con Carlos Valdés de Cuadernos del Viento; las actividades en La Casa del Lago, en Chapultepec, al lado de Juan García Ponce, Juan José Gurrola, Juan Vicente Melo, José de la Colina. Todos ellos integrantes de la Generación del Medio Siglo, también conocida como de la Ruptura, o de La Casa del Lago.

Además, describió  los primeros años de sábado, al lado de Fernando Benítez y José de la Colina, cuando contaban con las firmas de los más destacados escritores de México y Latinoamérica; sobre la separación de Fernando Benítez del unomásuno y la fundación de La Jornada. Del inicio de un sábado distinto con colaboraciones de catedráticos de la UNAM y de jóvenes escritores, muchos de ellos sus alumnos; la creación de las secciones: El Desolladero y El Diván. La crisis del unomásuno y su venta a Manuel Alonso Muñoz. Su jubilación. La huelga de los trabajadores, luego de que Alonso Muñoz vendió el diario a Naim Libien Kaui.

En la actualidad, ese bagaje cultural es un referente de gran importancia para la historia del periodismo mexicano y para los estudiantes de las carreras de Comunicación, Periodismo y Literatura, e investigadores de la cultura mexicana en general.

Huberto Batis

Las dos entrevistas, junto con transcripciones de los textos leídos en el Homenaje que recibió en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes: “Bajo la influencia de Huberto Batis” (en el que participaron: Adolfo Castañón, Juan García Ponce, Emmanuel Carballo, Alberto Ruy Sánchez, Enrique Serna); una compilación de notas hemerográficas publicadas a partir de que Huberto Batis dejó la dirección del que fue el suplemento más leído, más vivo y más controvertido de la cultura mexicana a finales del siglo XX, conforman el contenido del primer libro que Editorial Ariadna publicó en 2005: Huberto Batis. 25 años en el suplemento cultural sábado de unomásuno (1977-2002).

Es un volumen profusamente ilustrado con fotografías, dibujos, grabados, del archivo profesional del maestro Huberto Batis, el cual reunió durante más de cincuenta años, en su andar por distintas publicaciones en México; además, fotografías de su archivo familiar. El cual, un día de principios de 2005, me llevó a la oficina que yo rentaba en la calle de Minería, número 88, en la Colonia Escandón. El álbum era, o es (seguramente está en manos de su familia), grande, tamaño oficio, pero casi cuadrado, elaborado artesanalmente con cartoncillo café, texturizado.

Las fotografías estaban fijas en el álbum con pegamento. Todo un tesoro. Con mucho cuidado desprendí muchas de esas imágenes. Las escanée yo misma y las volví a colocar en su lugar. Había ahí fotografías de Huberto Batis cuando tenía meses de nacido; de él con su mamá, María Luisa Martínez Ulloa, y con su hermano Jenaro, afuera de su casa en Guadalajara; el día que hizo su primera comunión; saliendo de la secundaria, a los 15 años de edad; en San Cayetano, vestido de seminarista; sus papás en la década de 1930; Huberto saliendo de la iglesia con su esposa: Estela Muñoz Reineir; él con un suéter de lana, muy mexicano, quizá de Chiconcuac, con la mamá de sus hijas, y éstas aún niñas: Ana Irene y Claudia Gabriela.

Para publicar Huberto Batis. 25 años en el suplemento cultural sábado de unomásuno (1977-2002), el maestro y yo decidimos cambiar el nombre de la Editorial en la que ya había publicado algunos libros (AMG-Editorial), por “Ariadna”, y crear así un espacio adecuado para la colección a la que bautizamos: Laberinto de Papel, como se llamó la sección del maestro en el suplemento sábado, ya que la destinaríamos a editar libros cuyo contenido se hubiese publicado en ese suplemento.

Huberto Batis. 25 años en el suplemento cultural

Mientras formé ese libro, Huberto Batis iba a mi oficina en la colonia Escandón, para revisar el avance, luego de dar sus clases en la Facultad de Filosofía y Letras, a veces lo acompañaba alguno de sus alumnos o alumnas, recuerdo a una de ellas, de nombre Susana San Juan, como el personaje de Juan Rulfo; y a Pavel Granados, quien fue su alumno y colaborador de sábado, y después sería coordinador en la Fonoteca Nacional, y ahora director del Canal 22.

Puedo decir que Editorial Ariadna la creamos entre Huberto Batis y yo, charla a charla, libro a libro en la colonia Escandón. Luego de Huberto Batis. 25 años… vendrían, en la Colección Laberinto de Papel: No más de tres cuartillas por favor. Reseñas de literatura mexicana, del maestro Federico Patán. Guía de viajeros por la Península Ibérica, de la doctora Margarita Peña, las cuatro Flechas de Huberto Batis: La flecha en el arco; La flecha en el aire; La flecha en el blanco, y La flecha extraviada,  y La primera taza de café, de Martha Bátiz Zuck, de cuya elaboración les comentaré en otras entregas, ya que, siguiendo el ejemplo del maestro Huberto Batis, relataré la historia de Editorial Ariadna, a través de las distintas colecciones y de los autores incluidos, como lo hizo él con la de su revista Cuadernos del Viento. Sea todo ello un continuo Homenaje al maestro Huberto Batis, a cinco años de su fallecimiento: 22 de agosto del 2018.

 

Catalina Miranda


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