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Promesas contra la pobreza, disminuirá pero hasta 2030

Promesas contra la pobreza, disminuirá pero hasta 2030

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Puebla.– Reducir la pobreza al 48.5% para el año 2030 en Puebla es el ambicioso compromiso del gobernador Alejandro Armenta. Si bien se aplaude la intención de mejorar las condiciones de vida de millones de poblanos, lo que preocupa es que, una vez más, se trate de una meta sujeta más al discurso político que a un plan concreto, medible y verdaderamente transformador.

El Plan Estatal de Desarrollo 2024-2030 se presenta como una hoja de ruta con enfoque de “bioética social y humanismo mexicano”. Sin embargo, esta retórica carece de claridad operativa. ¿Qué significa, en términos prácticos, aplicar la bioética social para combatir la pobreza? ¿Cómo se medirá el impacto de esos valores abstractos sobre las carencias materiales de las familias poblanas?

Según el Coneval, en 2022 el 54% de los poblanos vivían en pobreza. La reducción desde el 62.4% en 2020 no es menor, pero tampoco es producto de una estrategia local plenamente identificada. En buena medida, se debió a factores nacionales como los programas sociales federales, las remesas y la recuperación pospandemia. El reto ahora es sostener esa tendencia sin depender exclusivamente de la inercia externa o de fondos federales.

Ocho líneas de acción, pero vagas en su ejecución

Las ocho líneas de acción anunciadas por el gobernador son nobles en su intención, pero vagas en su ejecución. Mejorar infraestructura, vivienda, alimentación y participación ciudadana son ideas ya conocidas y repetidas en sexenios anteriores. El verdadero desafío radica en convertir estos objetivos generales en programas con presupuesto claro, con mecanismos de rendición de cuentas y con participación real de la ciudadanía más allá de discursos inclusivos.

Otro punto crítico es la meta: reducir la pobreza al 48.5% en seis años. Si bien es una reducción modesta respecto al 54% actual, sigue dejando a casi la mitad de la población en condiciones de pobreza. ¿Estamos normalizando la marginación como un escenario aceptable? El desarrollo no puede medirse únicamente por porcentajes descendentes, sino por cambios estructurales que garanticen derechos, oportunidades y justicia social.

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En resumen, el Plan de Desarrollo del gobierno de Puebla que representa Armenta requiere pasar del idealismo conceptual a la acción concreta. El compromiso contra la pobreza debe sustentarse en transparencia, medición rigurosa y políticas que prioricen a las comunidades más rezagadas, no en promesas que suenan bien pero que poco cambian si no se convierten en realidad.

Gloria Lopez


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