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Violencia en Puebla: entre cifras y realidades

Violencia en Puebla: entre cifras y realidades

Violencia en Puebla

 

En medio de los hechos violentos que estremecieron a Puebla el pasado fin de semana, el gobernador Alejandro Armenta Mier insiste en que su administración no busca minimizar lo ocurrido. Sin embargo, las palabras se enfrentan con una ciudadanía que exige algo más que estadísticas para sentirse segura.

 

Durante su conferencia semanal, el mandatario morenista leyó con orgullo los datos federales que reflejan una disminución en varios delitos de alto impacto durante el primer trimestre de 2025.

Entre ellos, destaca una baja del 47.5% en tomas clandestinas, una reducción del 3.5% en homicidios dolosos y del 20% en feminicidios. Otros delitos como el robo a casa habitación, a transportistas y la trata de personas también registraron caídas notables.

Estas cifras, sin duda, muestran avances. Pero en un estado donde recientemente fueron encontrados cinco cuerpos abandonados en Los Fuertes y otros más en Cuautlancingo, es legítimo cuestionarse: ¿están las estadísticas reflejando la verdadera dimensión del problema?

La violencia no solo se mide en números. También se palpa en el miedo cotidiano, en la desconfianza hacia las instituciones, en la percepción ciudadana que no mejora al mismo ritmo que los indicadores.

Por eso, cuando se presentan datos positivos, pero al mismo tiempo se dan a conocer cateos realizados en zonas residenciales como Lomas de Angelópolis con participación del Ejército y la Marina, el contraste no puede pasarse por alto.

El gobernador Armenta atribuye parte de la violencia en Puebla es a las “permisiones” de gobiernos pasados que se aliaron con el crimen. Y aunque esa puede ser una lectura con fundamentos históricos, el presente exige respuestas concretas.

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La ciudadanía no espera solo diagnósticos o justificaciones; espera resultados tangibles, justicia pronta y un entorno donde hechos como los ocurridos no se repitan ni se normalicen.

La seguridad no debe convertirse en una narrativa triunfalista, sino en un compromiso constante que se construye con hechos, transparencia y, sobre todo, con sensibilidad ante el dolor que provoca cada acto violento.

Hoy, Puebla necesita más que números: necesita confianza. Y esta solo se gana con acciones que estén a la altura del reto.

Gloria Lopez


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