La Red de Búsqueda en Puebla, un grito colectivo en contra de la desaparición
El 30 de agosto de 2024, Puebla amaneció con un silencio denso, uno que resonaba con la ausencia de miles. En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, un grupo de personas se congregó frente a la Fiscalía General del Estado (FGE). Allí, en la fría explanada, emergió un antimonumento conmovedor: nueve sillas vacías, cada una con un nombre, cada una representando a un ser querido que lleva años sin regresar a casa. Paulina Camargo Limón, desaparecida hace nueve años, su nombre resaltaba, un recordatorio doloroso de una vida truncada y de la espera interminable de su familia.
Estas sillas no solo eran objetos inertes, sino símbolos cargados de significado. Cada una representaba una historia interrumpida, un hogar deshecho, una herida que no cierra. Frente a ellas, se dio a conocer la creación de la Red de Búsqueda en Puebla, un esfuerzo colectivo que busca unir a familias, colectivos, y ahora, también a instituciones académicas, en la lucha por encontrar a los desaparecidos.
Javier Morales, con el dolor a flor de piel por la desaparición de su hija Nadia Guadalupe en 2017, fue uno de los portavoces de este movimiento. Con la voz entrecortada pero firme, expresó la esperanza de que esta red sirva para sumar esfuerzos y visibilizar una problemática que ha sido ignorada por demasiado tiempo. “No es necesario tener un familiar desaparecido para unirse a esta causa”, dijo Morales, “esto es un llamado a todos los sectores de la sociedad. Necesitamos que todos se involucren”.
El camino, sin embargo, no ha sido fácil. Morales recordó que en 2017, cuando su hija desapareció, las instituciones parecían sordas a los gritos de auxilio de las familias. No existía una Fiscalía Especializada y la Comisión de Búsqueda de Personas era, en sus palabras, “una burla”. Pero algo ha cambiado desde entonces. Aunque los avances son lentos y todavía insuficientes, reconoció que ahora existe una mayor comunicación y colaboración con las autoridades.
Los miembros de la Red de Búsqueda no se conforman con estos pequeños logros. Su objetivo es claro: quieren que el gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, se reúna con ellos, escuche sus demandas y actúe en consecuencia. Saben que el camino es largo y arduo, pero también saben que la unión hace la fuerza.
Por ahora, la Red cuenta con 25 integrantes. Es un número pequeño, pero cargado de esperanza. Esperan que con el tiempo, más personas se sumen a esta causa, que más sillas vacías encuentren su ocupante, que más familias puedan cerrar un ciclo doloroso. En el frío amanecer de Puebla, la Red de Búsqueda se alza como un faro de esperanza en medio de la oscuridad de la desaparición.